El Obelisco es el punto central del Caracas Roleplaying Club. Aquí conocerás más acerca de qué es el CRPC y su historia
El Caracas Roleplaying Club, conocido también como el CRPC, es una asociación civil sin fines de lucro creada por un grupo de jóvenes practicantes de diferentes especialidades de juegos de estrategia y de rol para el sano entretenimiento.
Siempre estimados roleros:
Un gran abrazo para aquellos que me reconocen, un fuerte estrechón de manos para aquellos que no.
Los actuales dirigentes del Caracas Roleplaying Club me pidieron hace mucho tiempo escribir sobre los inicios del mismo, así que intentaré darles una idea sobre como surgió todo este movimiento.
Para comenzar, no fuimos los primeros. Grupos de rol como VenCon y VenRol comenzaron hace muchos años a organizar torneos, conferencias, exhibiciones y otros eventos relacionados. Siendo la cabeza Tito Labastidas y la sede la Universidad Simón Bolívar (sino recuerdo mal), los roleros consiguieron un punto de encuentro, un territorio en común para compartir tan particulares hobbies. Con el pasar del tiempo y las siempre crecientes responsabilidades, VenRol y VenCon fueron disminuyendo su ritmo.
Ignorantes por completo de la existencia de esta agrupación, ya María Elisa Mancera, Miguel Tuimil, Darío Suárez, Gabriela Baldissera y mi persona (entre otros grandes amigos), acariciábamos la idea de organizar un torneo, inclusive un club... sin embargo no pasó de ideas y grandes planes. No fue sino hasta que un día Maria Elisa y yo decidimos comenzar a buscar información sobre la verdadera actividad rolera en Caracas. Dirigiéndonos a tiendas especializadas tales como HobbieTech y The American Bookshop, nos enteramos de la existencia de VenRol, y logramos ponernos en contacto con ellos y recibir algunos consejos. Ya habíamos logrado una excelente aceptación por parte de The American Bookshop consiguiendo que nos patrocinaran nuestros eventos. El trato? ellos darían vales canjeables en la tienda a cambio de publicidad en nuestra página Web y los panfletos. La Sra. Vicky Jungk, gerente de la tienda, mostraba tanto o más interés que nosotros mismos en este proyecto aún en período de gestación. El local estaba listo también, el Teatro Eduardo Mancera (Antiguo Teatro Ocho). Siendo Maria Elisa parte de la Asociación Civil Teatro Ocho, no había mucho que negociar al respecto, sólo mantener los clásicos lineamientos de buen comportamiento. El local de The American Bookshop fue otro punto para conseguir información sobre los torneos y para inscribirse en los mismos.
Ahora venía la parte difícil, hacernos conocer. Con un presupuesto sumamente limitado recurrimos a la mejor fuente de información que jamás haya existido, el boca-a-boca. Se diseñaron los primeros panfletos con la ayuda de Jorge Poveda e Inés Rendón. Logramos poner arriba un humilde Web-site, pero suficiente para que la gente consiguiera la información. Los panfletos fueron distribuídos en puntos clave. Hay que recordar que la población rolera es un target bien particular, y nuestros conocimientos de mercadeo y publicidad eran (y siguen siendo) muy limitados. Universidades e Institutos Técnicos fueron también puntos importantes a cubrir.
Así finalmente llegamos al día del primer torneo, no sin antes pasar por innumerables contratiempos y "cangrejos" tales como el sistema de puntuación, alquiler de sillas y mesas, logística, poner a la disposición de los participantes alimentos para su consumo en el mismo sitio de manera que fuera económico y más práctico que tener que abandonar las instalaciones del teatro. EN FIN!, muchas cosas en qué pensar y sólo dos personas a la cabeza de la parafernalia que habíamos creado. Afortunadamente siempre tuvimos de nuestro lado a Guillermo Finol, coordinador del teatro, quien de manera leal y desinteresada estuvo ayudándonos en todos y cada uno de los torneos, fuera llamando a los posibles participantes por teléfono, inventando una mesa más para unos jugadores recién llagados o recogiendo la basura con nosotros horas después de haber terminado el evento. Amigos como Tano Bruscianelli y otros que de momento no me vienen a la mente, colaboraron siempre en la pre y post producción de los evento.
Poco a poco fuimos mejorando, o cambiando pequeños detalles que hicieron gran diferencia. Entre ellos el permitir recibir ayuda para la organización de los torneos, siempre tuvimos la filosofía de hacer las cosas nosotros para que salieran bien, sin embargo, amigos y allegados se ganaron nuestra confianza y respeto y por ende nos permitimos recibir ayuda, un poco testarudo por parte nuestra al principio, pero con buenos resultados al final. Invaluable también fue la ayuda de Alexander Jungk, realmente sin su apoyo y patrocinio personal no hubiéramos llegado muy lejos.
Tendríamos ya 3 torneos encima, cuando le vimos la seriedad a lo que estábamos reviviendo. Los torneos producidos por el Club, no serían suficientes para satisfacer el demandante entusiasmo de los cada vez más numerosos roleros. Se decidió comenzar el club en forma, con reuniones, encuentros roleros, intercambios, e innumerables ideas más. Fue así como decidimos suscribirnos a RPGA networks, con la esperanza de poder figurar en rankings internacionales, llevar nuestra voz a la población rolera internacional. Tano Bruscianelli, Alexander Jungk, César Peralta, Jorge Poveda, Maria Elisa y mi persona fuimos los primeros miembros oficiales del primer club RPGA en Venezuela. El CRPC estaba naciendo finalmente como CLUB.
Poco tiempo después se inicia la formación de los clubes Avalon Roleplaying Club y Concillium Obscura. Gran ayuda y alivio para la directiva en aquel entonces del CRPC, puesto que los roleros crecían de manera exponencial, y el CRPC sólo no podía manejar tal cantidad...
Y así con cada vez más asistentes, tanto masters como jugadores, fuimos cobrando fuerza dentro del mundo rolero. El Club siempre contó con excelentes masters que participaban de manera regular. Basta sólo nombrar a Tano Bruscianelli, Javier González, César Peralta, Carlos Escauriza, Carlos Fernández, Eros Orta y unos cuantos más que de momento no recuerdo.
Tuvimos momentos turbulentos, malos, de esos que dejan mal sabor, pero siempre logramos sobreponernos a las decepciones de aquellos que actuaron en su propio beneficio, o de manera mal sana. Siempre atribuiré nuestro éxito a la mentalidad de mantener la dirección absoluta del Club en nuestras manos. El Club no fue concebido como un foro democrático donde todos tienen derecho a votar sobre nuestras decisiones. Todos tenían derecho a opinar y criticar SIEMPRE QUE HUBIESE UNA SUGERENCIA O SOLUCIóN a la crítica, de lo contrario sería tan pasada por alto y descartada como un vaso desechable. Lamentablemente para algunos, ésto no era aceptable y decidieron abandonar el Club o seguir su camino. Nos había costado mucho trabajo levantar el Club como para arriesgar ponerlo en manos de alguna otra persona elegida por la mayoría... y como todos sabemos y actualmente vivimos, la mayoría no siempre tiene la razón.
Y fue así que por motivos que no vienen al caso, decidimos dejar la dirección del Club de manera irrevocable a aquellos en quienes depositamos nuestra confianza, personas que siempre estuvieron presentes para ayudarnos en los peores momentos. Sólo ellos pueden decidir, elegir y reconocer a los próximos dirigentes del Caracas Roleplaying Club, sólo ellos saben (así como supimos nosotros) quienes tienen la capacidad de continuar nuestro proyecto. Estas personas son: Javier González, Miguel Tuimil, Jorge Poveda, Guillermo Finol, y Alexander Jungk.
En nombre de Maria Elisa y el mío propio, mil gracias a todos aquellos que han hecho posible los últimos eventos del Club.
Jonathan Kaliwoska
Co-Fundador Caracas Roleplaying Club